martes, 10 de noviembre de 2009

EL CIERVO ORGULLOSO


El ciervo había llegado hasta una fuente de agua cristalina. Y mientras bebía agua, observó cuán hermoso eran sus cuernos, que gracia y distinción les daban. Pero además, también vio reflejada en el agua sus largas patas. Y pensó para si: “Cuan largas son y que pies tan chicos tengo”
Pero no identificó el ciervo de pensar en sus cuervos y en sus piernas, cuando en la distancia apareció un león. Rápidamente el ciervo echo a correr con su veloz pata. Pero con tan mala suerte que sus cuernos se enredaron al pasar por los arbustos del bosque y el león lo alcanzo y lo devoro. Los pies que tanto había despreciado lo salvaron al león, mientras que los cuernos que tanto orgullo le había dado, fueron causa de su destrucción.
El pobre ciervo encierra una importante lección humana. Bien puede representar a las personas que despreciar ciertas características de su vida y a la vez se enorgullecen por las virtudes que dicen poseer. Y como resultado de semejante actitud, cuantas veces las tales personas cosechan en su propia experiencia el triste fin del ciervo.

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