martes, 20 de octubre de 2009

A mi dulce pez



En cada momento de mi vida, pasé los dias sin ningun rumbo, sin saber que ha de venir mañana, solo abria los ojos y sentia los vientos, el rayo del sol pasar por mi rostro, o cuan ingenua fui en mi niñez, pues ahora no quiero ser la que fue sino como un pez que nada y sobre vive ante sus depredadores en las aguas de los mares. quiero sentirme libre y nadar por las aguas que vienen a mi vida.

o todo esto se vino a mi mente al ver que un dulce pez en una pecera con plantas artificuales a su alrededor no se siente feliz, duerme y come pero no vive como el quisiera sino como sus dueños piensan pues yo no deseo eso para mi, no quiero estar en cuatro paredes sin saber que es la vida, sino vivirla cada dia como si fuera el ultimo con la mano de mi Cristo. pues por tal razon no seamos como un pez en una pecera encerrada ante su realidad, si no libres como un pecesito que nada por las aguas de los mares del cual se ve el inicio pero no el fin.

¡Oh cuanto amo a mi pececita linda a la cual hoy la deje libre y la saque de sus cuatro paredes!

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